Reparar las escaleras ruidosas desde arriba
Los clavos en espiral para pisos que se insertan en ángulos opuestos en los largueros evitarán la mayoría de los rechinidos.
Las escaleras ruidosas o que rechinan no son señal de problemas estructurales o de seguridad, pero el ruido que hacen puede ser muy molesto. Conozca cómo reparar las escaleras ruidosas desde arriba incluso si no tiene acceso a ellas desde abajo, e incluso si están alfombradas.
Los tres componentes básicos de las escaleras son los peldaños, las contrahuellas y los largueros. Casi siempre las escaleras que rechinan son el resultado de peldaños que rozan contra las contrahuellas o los largueros. Esto puede suceder debido a que algunos componentes de la madera se han pandeado, acopado o torcido, o tal vez porque los clavos o los tornillos que sujetan los componentes se están aflojando.
Algunas veces, las soluciones más sencillas también funcionan muy bien. Un poco de talco o grafito en polvo espolvoreado en las uniones permitirá que los componentes individuales de madera se rocen entre ellos sin que produzcan ruido alguno.
Póngales talco
Existen muchas maneras de reparar las escaleras ruidosas y silenciarlas. Lo más sencillo es comenzar con talco o grafito en polvo. Aplique polvo a lo largo de las uniones del peldaño de la escalera que esté rechinando, haciendo su mejor esfuerzo por introducir el polvo en las uniones entre los peldaños y las contrahuellas. Puede usar una pieza de papel como si fuera un “tobogán” que le ayude a meter tanto polvo como sea posible en la unión.
Péguelas
Para esos ruidos más difíciles de eliminar en la parte trasera de un peldaño, en dónde se encuentra con el larguero de arriba, puede poner un poco de pegamento para madera en cuñas o calzas delgadas de madera e insertarlas en la unión dándole golpecitos ligeros con un bloque de madera. Si las cuñas y el espacio resultante son notorios, puede cubrir la unión con una moldura de cuarto dosel u otra moldura decorativa. Sólo recuerde hacerlo también en el resto de las escaleras.
Asegúrelas
Las áreas al frente de las escaleras que rechinan pueden requerir de que usted inserte sujetadores desde arriba. Puede taladrar agujeros piloto que atraviesen el peldaño, pero que no lleguen hasta el larguero o la contrahuella, e inserte algunos clavos en espiral para pisos. Inserte al menos dos de ellos en ángulo, de tal forma que se encuentren uno con el otro formando una “V”. Avellane las cabezas de los clavos y rellene con masilla de madera.
Los tornillos son otra manera de reparar las escaleras ruidosas en la parte frontal de las escaleras. Taladre los agujeros pilotos a lo largo del borde frontal para que los tornillos alcancen el borde superior del larguero . Use una broca avellanadora y espigas de madera para usarlas como clavijas o haga sus propias clavijas de madera sobrante que sea de la misma especie que la usada en los peldaños de la escalera. Inserte los tornillos, ponga un poco de pegamento en el agujero, inserte la clavija y rebaje a ras con una sierra afilada. Líjela hasta que quede lisa, use un poco de tinte de ser necesario y aplique el mismo tipo de acabado que en el resto de las escaleras.
Los ruidos más difíciles de eliminar pueden requerir de la inserción de tornillos en los largueros o las contrahuellas. Avellane estos tornillos y rellene lo agujeros con clavijas de la misma especie de madera que los peldaños de la escalera.
Taládrelas
También puede reparar las escaleras ruidosas que estén alfombradas sin necesidad de retirar la alfombra usando un kit especial. Los kits funcionan con cualquier taladro/atornillador estándar y consisten en un agarrador de tornillos que actúa como un calibrador de profundidad y tornillos marcados especialmente para este propósito en particular.
Coloque el agarrador en su taladro e inserte el tornillo atravesando la alfombra hasta llegar al larguero o a la contrahuella más cercana al rechinido. La guía detiene el tornillo cuando la marca se encuentra justo debajo de la superficie del peldaño, y usted puede desprender la parte sobrante del tornillo desde arriba, sin dejar ninguna parte del sujetador por encima de la superficie del peldaño y sin dañar casi nada las fibras de la alfombra.
