¿Los contratistas deben ofrecer garantías por escrito?
Hace cinco o seis años y tras más de 20 años de actividades, S&R Remodeling de Madison, Wisconsin empezó a ofrecer garantías por escrito de tres años en todos los trabajos de remodelación.
Es tres veces más amplia que lo que exige la ley de Wisconsin y más extensa que lo que ofrecen sus competidores por escrito, esto de acuerdo con el dueño de S&R Remodeling, Scott Nyland.
“Creo que es la mejor publicidad”, comentó Nyland acerca de su garantía. “Cuando la gente lo escucha, piensa que vamos más allá del llamado del deber, pero, en realidad, no es así. Como contratista, me siento orgulloso de mi trabajo y lo respaldo tal como esperaría que lo hiciera cualquier otra persona. Está en nuestro contrato y en el sitio, pero no quiero alardear al respecto”.
La verdad es que muchos contratistas de construcción o remodelación exitosos piensan de la misma manera. Solucionan los problemas más allá de lo que exige la ley estatal porque se sienten orgullosos de su trabajo y entienden el valor que tiene proteger la reputación de su negocio de construcción, las referencias de los clientes y hacer negocios con ellos de manera recurrente. El diferenciador de Nyland con respecto a muchos de sus competidores es su disposición de expresar en una garantía por escrito su compromiso de corregir los problemas.
Aunque algunos contratistas piensan que las garantías por escrito o “garantías explícitas” son un riesgo innecesario, otros consideran que las garantías por escrito son una manera económica de hacer crecer su negocio.
Garantías por escrito vs. garantías implícitas
Para explicar este concepto, vale la pena revisar los dos tipos básicos de garantías que ofrecen los constructores, remodeladores, techadores y otros contratistas de servicios del hogar en los Estados Unidos.
Las garantías pro escrito o “garantías expresas” las emite el fabricante o el vendedor de un producto. En la industria de la construcción y remodelación de viviendas, suelen ofrecerlas los contratistas generales y superan los requisitos mínimos establecidos por la ley y queda asentado por escrito.
En comparación, las “garantías implícitas” están establecidas por los tribunales y las leyes estatales, que suelen exigir que los contratistas garanticen su trabajo y la habitabilidad de toda estructura que construyan. Más allá de eso, los requisitos en materia de garantías estatales tienden a variar Muchos estados únicamente especifican que el constructor garantice su trabajo durante “un plazo razonable” mientras que otros estipulan que deben hacerlo durante una cantidad específica de años. Cuarenta y seis estados tienen un estatuto de no reclamación que limita la cantidad de tiempo que tiene un propietario para demandar a un constructor por concepto de una reclamación que involucre su trabajo. Asimismo, más de 30 estados han promulgado leyes de “derecho de resarcimiento” que exigen que los dueños de viviendas den a los contratistas un plazo determinado para corregir un problema antes de demandarlos ante un tribunal.
La naturaleza fragmentada de una normativa puede dificultar que los dueños de viviendas y los contratistas entiendan sus derechos y obligaciones en caso de que ocurra una controversia.
“En muchos casos, la única orientación al delimitar el alcance y la protección que ofrece una garantía implícita es la jurisprudencia anterior, casos en que la corte emita un fallo acerca de lo que está cubierto en lugar de las partes del contrato”, menciona 2-10 2-10 Homebuyers Warranty, que comercializa programas de garantía tanto para dueños de viviendas como para constructores. “Una garantía explícita no da pie a esa ambigüedad”.
Una poderosa herramienta de mercadeo y ventas
Si bien se trata de contratos y deben elaborarse y revisarse con regularidad por parte de un consejero jurídico competente, ofrecer garantías por escrito también pone a disposición de los contratistas una manera económica de:
- Atraer nuevos clientes.
- Convertir ventas potenciales en ventas concretas.
- Gestionar las expectativas de clientes.
- Generar ventas continuas.
- Proteger los márgenes.
Por ejemplo, S&R Remodeling utiliza la página de garantías de remodelación en su sitio web para explicar por qué los dueños de viviendas deben permitir que la empresa compre los materiales y el equipo necesario para sus proyectos.
“Para bajar costos, algunos clientes compran sus propios materiales y no se dan cuenta de que esa acción los deja sin ninguna garantía”, explica la página. “Si el producto está defectuoso y el contratista tiene que corregirlo o cambiarlo, los costos de mano de obra pueden superar fácilmente el costo inicial del producto. Aun cuando un producto cuente con garantía por escrito, en general no cubre el costo de reinstalación. Es por esa razón que S&R sugiere que compre sus materiales a través de un contratista. Si algo falla durante la vigencia de la garantía, está totalmente cubierto”.
Muchos contratistas de colocación de techos y climatización, así como algunos constructores tienen revisiones semestrales gratuitas que se ofrecen dentro de sus garantías extendidas para generar ventas complementarias. Ese es uno de los motivos por los que los contratistas reservan una parte de su presupuesto de publicidad para pagar el trabajo de garantía. Si no hay ninguna reclamación durante el año, reinvierten los fondos o los distribuyen como ganancias.
Nyland no hace ninguna de las anteriores.
“Sale de mi propio bolsillo”, dice. “Nuestro trabajo debe hablar por sí mismo. Si no, yo asumo la responsabilidad. Pero siendo totalmente honesto, no recibimos muchas llamadas de servicio, así que no es un gasto considerable”.